Las cremas de efecto térmico son aquellas que dan una sensación de frío o calor en la zona en la que se aplican. Las de efecto frío están indicadas para después del ejercicio intenso para ayudar al descanso de la musculatura o para el alivio de la musculatura congestionada tras el ejercicio. Por otro lado, las de efecto calor están indiadas para preparar la zona para el ejercicio o para dar un masaje de relajación. Calientan los músculos, tendones, articulaciones...

¿Cómo actúan las cremas de efecto térmico?

Debemos tener en cuenta que las cremas de efecto térmico pueden dar una sensación u otra dependiendo de la persona. De esta manera, para algunas personas las de efecto calor pueden darles una sensación agradable y para otros puede llegar a provocar picor o quemazón, y lo mismo puede pasar con las de efecto frío. Además hay personas a las que estas cremas pueden no causarles ningún efecto o producirles el efecto contrario.

¿Cómo se produce este efecto?

Los geles de efecto térmico no actúan enfriando o calentando la zona en la que se aplican, sino que las sustancias que los componen activan los receptores sensoriales de la piel.

Algunos compuestos como el alcanfor activan los canales que detectan la sensación de calor, y otros como el mentol activan los calanes que detectan la sensación de frío.

El efecto calor:

El efecto de calor produce una dilatación de los vasos sanguíneos y por ello aumenta el flujo de sangre acelerando el metabolismo celular y esto crea un efecto sedante.

También se disminuye la producción de colágeno y el aumento de la elastina favoreciendo la elasticidad de los tejidos.

Efecto frío:

Este efecto frío ayuda a disminuir el dolor y la inflamación por la constricción de los vasos sanguíneos.

¿Cuándo no podemos usarlas?

Como ya hemos dicho, las cremas de efecto térmico están indicadas para ciertos momentos antes o después del ejercicio. Pero igual de importante es tener en cuenta cuándo NO debemos usarlas.

Las situaciones más importantes en las que no debemos utilizar las cremas de efecto térmico son:

• Cuando tenemos una herida en la zona que queremos aplicarlas
• En caso de padecer trombosis venosa
• Cuando tenemos varices en la zona en que queremos aplicarlas
• Cuando tenemos alergia a alguno de los componentes de la crema (por eso es imprescindible que leamos detenidamente la composición del gel antes de la primera aplicación. Otro consejo es aplicar una pequeña cantidad de gel en una zona pequeña del cuerpo y dejar que actúe para ver cómo reacciona nuestro cuerpo)
• En caso de hemorragias
• Cuando tenemos problemas de circulación

Se recomienda que siempre se consulte a un médico si tienes alguna enfermedad aunque no sea las nombradas.

¿Son efectivas?

Con todo lo que ya hemos dicho del efecto de las cremas y cuál es su uso podemos decir que la efectividad de las cremas de efecto térmico está en el buen uso de las mismas. De esta manera, estas cremas no van a evitar una lesión pero sí puede llegar a disminuir la posibilidad de que se produzca ya que favorece que el tejido se encuentre en mejor estado.