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Entrenar enfermo o cansado: ¿riesgo o beneficio?

Autor: corre4ever2
Publicado el: 22 de marzo de 2024

La decisión de entrenar cuando se está enfermo o muy cansado es compleja y depende de varios factores. Si bien algunos consideran que el ejercicio puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y la energía, otros advierten sobre los riesgos de empeorar la enfermedad o sufrir una lesión.

  • Mejora del estado de ánimo: El ejercicio puede liberar endorfinas, que tienen un efecto positivo en el estado de ánimo. Un estudio publicado en el Journal of Sports Science and Medicine encontró que el ejercicio puede reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad.
  • Aumento de la energía: El ejercicio puede ayudar a combatir la fatiga y aumentar la energía en algunos casos. Un estudio publicado en el Journal of Applied Physiology encontró que el ejercicio puede mejorar el rendimiento cognitivo y la energía en personas con fatiga crónica.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico: El ejercicio regular puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades a largo plazo. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association encontró que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias.
  • Empeoramiento de la enfermedad: Entrenar con una enfermedad contagiosa puede contagiar a otros y empeorar la enfermedad. Por ejemplo, entrenar con un resfriado puede aumentar el riesgo de desarrollar una neumonía.
  • Riesgo de lesiones: El cuerpo necesita recuperarse cuando está enfermo o cansado. Entrenar sin descanso puede aumentar el riesgo de lesiones. Un estudio publicado en el Journal of Athletic Training encontró que los atletas que entrenan con fatiga tienen un mayor riesgo de lesiones musculares.
  • Deshidratación: El ejercicio puede aumentar la sudoración y la deshidratación, lo que puede empeorar los síntomas de la enfermedad. La deshidratación puede causar mareos, náuseas y fatiga.
  • Escucha a tu cuerpo: Si te sientes muy mal o cansado, es mejor descansar. Si tienes fiebre, dolor de garganta, secreción nasal, fatiga extrema o dolores musculares, es mejor que te tomes un descanso del entrenamiento.
  • Evita entrenar con fiebre: La fiebre es una señal de que tu cuerpo está luchando contra una infección. Entrenar con fiebre puede aumentar el riesgo de complicaciones.
  • Hidrátate adecuadamente: Bebe agua antes, durante y después del entrenamiento. La deshidratación puede empeorar los síntomas de la enfermedad y aumentar el riesgo de lesiones.
  • Reduce la intensidad y la duración del entrenamiento: No te exijas demasiado. Si estás enfermo o cansado, reduce la intensidad y la duración de tu entrenamiento.
  • Elige actividades de baja intensidad: Opta por actividades como caminar, nadar o yoga. Estas actividades son menos exigentes que correr o levantar pesas.
  • Si tienes dudas, consulta con un médico: Un médico puede ayudarte a determinar si es seguro entrenar o si debes descansar. Un médico también puede ayudarte a desarrollar un plan de entrenamiento adecuado para tu condición física y tu estado de salud.

Además de las recomendaciones anteriores, también es importante:

  • Dormir lo suficiente: El descanso es esencial para la recuperación del cuerpo. Dormir lo suficiente te ayudará a sentirte mejor y a tener más energía para entrenar.
  • Comer una dieta saludable: Una dieta saludable te proporcionará los nutrientes que necesitas para recuperarte de la enfermedad y para rendir al máximo en el entrenamiento.
  • Evitar el estrés: El estrés puede empeorar los síntomas de la enfermedad y dificultar la recuperación. Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga puede ayudarte a reducir el estrés.

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