La hidratación y el deporte de larga duración
La hidratación debe de ser entendida como la recuperación de agua y electrolitos, y no solo al consumo de agua. La mayor parte de los preparados comerciales suelen ser agua con una gran cantidad de azúcar y baja cantidad de sales (en algunos casos sin ningún aporte de minerales) debido a que la mayor concentración de sodio haría que la bebida tuviera un sabor más salado dificultando su venta.
Durante el ejercicio físico se pierde una gran cantidad de sales (Na,K, Mg, Cl, Zn…) y si a esto le sumamos un calor inusual puede ser motivo de deshidratación. Esta deshidratación provoca un consumo superior de agua lo que no contribuye a recuperar las sales perdidas y puede llegar a producir hiponatremia.
Al beber mucha agua tras un gran esfuerzo físico se ocasiona el desplazamiento de Na hacia el intestino y disminuyendo su concentración en la sangre (la hiponatremia aparece cuando la concentración de Na en sangre es menor a 135mEq/L). Este fenómeno puede causar la muerte.
Los efectos del consumo de sales en el ejercicio físico
Hay estudios que confirman que un aporte adecuado de sales que incremente la concentración de electrolitos en sangre mejora el rendimiento deportivo ya que las sales hacen que se tenga más sed y se consuma más fluidos durante el ejercicio. Aumentando los balances de agua e iones perdidos (restablecimiento de la homeostasis)
El sudor
El sudor es una respuesta del organismo para mantener el cuerpo a una temperatura correcta ya que las gotas de sudor se evaporan y lo refrigeran.
La mayor parte de la energía utilizada para que los músculos realicen un ejercicio se libera en forma de calor y el cuerpo lo contrarresta en forma de sudor. Esta pérdida de líquido es la que produce la deshidratación. Por lo que esta deshidratación afecta tanto a la resistencia y rendimiento deportivo como a la salud, aumentando el riesgo de lesión en incluso poniendo en riesgo la vida.
En el sudor se pierde una cantidad de electrolitos que puede aumentar o disminuir dependiendo de lo entrenado y acostumbrado al clima que este el cuerpo. De esta manera, cuanto más entrenado este el cuerpo más eficiente es el sudor y menos sales se pierden en el proceso de refrigeración.
Deshidratación y rendimiento deportivo
Si tenemos en cuenta la cantidad de líquidos perdidos podemos sufrir estas alteraciones:
Entrenamiento y descanso activo
Cuando comenzamos a entrenar es normal sentir una motivación que haga que entrenemos cada día. Pero debemos tener en cuenta que esta motivación puede llevarnos a un sobreentrenamiento y este a una sobrecarga.
Las sobrecargas son muy comunes y conllevan lesiones frecuentes en los corredores. Para poder evitar esta sobrecarga debemos planificar tanto los entrenamientos como los descansos. Si corremos todos los días a la misma intensidad no dejamos que los músculos y articulaciones se recuperen produciendo estas lesiones.
Si comenzamos el entrenamiento para evitar una vida sedentaria, no debemos renunciar a hacer una actividad deportiva a diario ya que descansar no significa inactividad. Y durante estos descansos le damos tiempo al cuerpo a recuperarse del esfuerzo realizado además de prepararse para un nuevo esfuerzo dando opción a que podamos mejorar y progresar.
Los descansos pueden ser activos. Estos descansos activos pueden realizarse a diario y esto ayuda a mantenernos en buena forma física. Con estos descansos activos creamos un hábito deportivo. La combinación de correr con otros ejercicios en los que intervengan otras partes del cuerpo, otros deportes o actividades de bajo impacto nos ayudará a mejorar en nuestros entrenamientos y a mantenernos en forma.