El rendimiento deportivo está estrechamente ligado al consumo de minerales y a su presencia en nuestro organismo.
El Hierro es uno de los minerales importantes en el rendimiento deportivo. Así mismo se ha observado que los atletas de fondo y medio fondo tienen un déficit significativo de hierro, siendo la incidencia de un 25% en mujeres y un 10% en hombres.
Este déficit también está muy presente en otros deportes de resistencia.
La consecuencia de este déficit se traduce en anemia que puede producir una reducción de la hemoglobina y los eritrocitos dificultando el aporte de oxígeno y la eliminación de anhídrico carbónico. Esto conlleva a:
Las posibles causas del déficit de hierro pueden ser:
Para corregir el déficit de hierro se debe aumentar el aporte en la dieta (siendo este método generalmente suficiente para los hombres) o tomando suplementos orales (siendo la opción más común para las mujeres y no superando los 18mg/día)
El Calcio es un mineral que en baja presencia produce una descalcificación ósea. Los sectores más afectados son los adolescentes deportistas y las mujeres.
La práctica deportiva prolongada o anormal puede crear un efecto negativo contrario a la buena formación ósea que aporta el deporte moderado. Por lo que ante una reducción de la masa ósea o la aparición de la amenorrea en las mujeres (ausencia de la menstruación) se recomienda una doses de 500 a 1000 mg de calcio y un incremento del consumo de lácteos bajos en grasas.
El Magnesio puede aumentar el rendimiento deportivo. Y el déficit de magnesio se produce en mayor medida en deportes que requieren restricciones de peso o con un componente estético elevado.